Basket siglo system 54 – C.B San José 20

El sábado 24 el equipo se enfrentaba al partido mas esperado de la vuelta. Con la clasificación como primeros de grupo en el bolsillo, lo único que le quedaba a Siglo System era dar un correctivo a los pupilos del entrenador más marrullero de la primera fase: el rubito de C.B. San José.

El conjunto que viste de verde llegaba al encuentro con numerosas bajas lo cual no era preocupante dada la inferioridad técnica del rival, no obstante, todos los integrantes sentían la necesidad de salir a la cancha al 200% lo que volvió a pasar factura: se fallaron múltiples pases, se intentaron jugadas complicadas cuando el rival daba la posibilidad de continuos lucimientos individuales que hubiesen relajado el ambiente y consecuentemente favorecido a nuestro juego y se reprimían tiros fáciles en pos de pases innecesarios. Aún así se llegó al descanso con una ventaja lo suficientemente abultada como para no temer nada.

Al regreso del descanso, las directivas del entrenador contrario fueron claras: “no tienen cambios. Intentemos que alguno se enfurezca lo suficiente para que el árbitro lo expulse”. En esta estrategia juegan un papel importante dos jugadores: el número 4 y el 14 quienes propinan puñetazos, patadas y pechazos a diestro y siniestro ante la inoperatividad del árbitro (algo a lo que estamos acostumbrados). La cara positiva de ésta situación la ofrece SigloSystem que no cae en el juego sucio y por el contrario consigue provocar 3 técnicas al banquillo rival.

Aunque el resultado no podría ser otro (C.B. San José tiene que madurar mucho aún si quiere ser un equipo medio decente), SigloSystem no mostró su mejor juego dejando entrever algunos defectos importantes que habría que mejorar.

Lo mejor: no caímos en la provocación del otro equipo, mostrándonos en todo momento serenos y concentrados en que el correctivo debía darse mediante el baloncesto.
Fran descubrió que también puede ejercer de entrenador si no consigue adelgazar con la wii-fit esa que se ha comprado.

Lo peor: La capacidad de Paco (hermano de Pepe, cuñado de Fran y primo de Borja) para ir a preguntar a la mesa y no saber nunca cuanto tiempo quedaba o cuantos puntos de diferencia teníamos (vamos, que iba pa ná).

Especial mención a We que nos apoyó desde su atalaya de sabiduría y con la calma que proporciona ser un tullido invernal: a cada consejo que daba le respondía mi hermano con lo contrario, pero a él no le importaba, cambiaba de opinión y así se convertía en su consejo. ¡Gracias Juan! ¡No te mueras nunca, que te entierren vivo!